España

Intervención del Representante Permamente, Embajador Yáñez-Barnuevo

ante la sesión plenaria de la Asamblea General

para examinar los progresos de la aplicación de la declaración y programa de acción para la cultura de paz

y sobre el programa mundial para el diálogo entre civilizaciones.

Señor Presidente,

Deseo comenzar mi intervención asociándome plenamente a la que ha pronunciado esta mañana el Reino Unido en su calidad de Presidencia de la Unión Europea.

La Delegación de España acoge con satisfacción la oportunidad de intervenir en este debate conjunto sobre asuntos que revisten la mayor trascendencia para el desarrollo de unas relaciones pacíficas entre los pueblos y las naciones, y quiere hacerlo al amparo, particularmente, de uno de los puntos del programa de trabajo de esta Asamblea General, el Programa Mundial para el Diálogo de Civilizaciones.

El informe presentado por el Secretario General, en cumplimiento del mandato otorgado por la resolución 56/6, de 9 de noviembre de 2001, relativa a ese Programa Mundial (A/60/259), pone de manifiesto el camino andado por Estados y organizaciones de la sociedad civil, así como por diversos órganos de las Naciones Unidas, en el desarrollo de actividades en el marco de ese Programa de Acción.

El conjunto de la información recibida sobre las acciones emprendidas subraya el carácter seminal de la iniciativa que puso en marcha en 1998 el entonces Presidente de la República Islámica del Irán, Su Excelencia Seyed Mohammed Jatamí.

A su propuesta le han seguido otras nuevas, sugeridas por diversos Estados miembros de la Organización y que han suscitado un especial interés por parte de otros Estados, que les han prestado su apoyo, así como de instituciones internacionales del más diverso signo. La UNESCO ha desempeñado un importante papel como catalizadora de propuestas, iniciativas y reflexiones. La Organización de la Conferencia Islámica, entre otras, ha movilizado también esfuerzos y acciones concretas para dar relieve a los objetivos del Programa de Acción. Todo ello ha servido, igualmente, para hacer avanzar los postulados para el desarrollo de una Cultura de Paz, lo que fue acogido con beneplácito en la resolución de esta Asamblea General 59/142, de 15 de diciembre de 2004.

España apoya estas iniciativas y actuaciones y comparte plenamente sus objetivos de generar un mayor entendimiento, superando los prejuicios, las falsas percepciones del otro y la polarización en las relaciones, que pueden llegar poner en riesgo la estabilidad e inclusola paz mundial. Por ello, trabajó activamente, junto con otras muchas delegaciones, para que esos objetivos que perseguimos tuvieran adecuado reflejo en el Documento que resultó de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno y que fue adoptado el pasado 16 de septiembre.

En el párrafo 144 de dicho Documento se hace una referencia específica a la iniciativa para una Alianza de Civilizaciones que el Presidente del Gobierno de España, junto con el Primer Ministro de Turquía, ofrecieron al Secretario General, quien la hizo suya el pasado 14 de julio. El Secretario General ha decidido, como es sabido, la creación de un Grupo de Alto Nivel para la reflexión y la presentación de medidas concretas para hacer efectiva esa Alianza de Civilizaciones.

La iniciativa para una Alianza de Civilizaciones no tiene vocación de sustituir u orillar otros esfuerzos de la comunidad internacional en la dirección de un mayor entendimiento. En el documento de concepto presentado por el Secretario General, con el apoyo de España y Turquía, está implícito el deseo de nutrirse de otras orientaciones e iniciativas anteriores. Se pretendería así proyectar las acciones de la comunidad internacional en un plano nuevo y distinto, con un enfoque particular orientado hacia las relaciones entre Occidente y el mundo islámico, pero abarcando, en general, problemas de la misma naturaleza que se presentan en todas las culturas y sociedades. Se trata de devolver el protagonismo a la gente de buena voluntad, en detrimento de los fanáticos y extremistas que fomentan la división y el odio. Para ello, el Grupo de Alto Nivel deberá proponer al Secretario General y, por su intermedio, a la comunidad internacional, la puesta en marcha de estrategias y acciones prácticas por parte de gobiernos, organismos internacionales y entidades de la sociedad civil.

Efectivamente, como dice el Informe del Secretario General, la tarea más urgente es establecer una estrategia para la creación de una coalición de todos aquéllos que no creen en la incitación a la violencia o el apoyo del extremismo, que constituyen, sin género de dudas, la mayoría de los seres humanos. En opinión del Secretario General, la Alianza de Civilizaciones se presenta como el foro apropiado en el que diseñar esa estrategia. España está firmemente convencida de ello y se suma al llamamiento del Secretario General para que la Alianza de Civilizaciones, que ya ha recibido un número muy importante de apoyos, siga recibiendo un endoso decidido por parte de Estados, organizaciones internacionales y agentes sociales.

Es el momento, asimismo, de que los Estados y las organizaciones en general contribuyan con sus ideas y sus propuestas para la preparación de las estrategias requeridas. Por ello es importante que las distintas iniciativas que se pusieron en marcha tras el llamamiento en 1998 para un Diálogo entre Civilizaciones sigan fructificando y contribuyendo a la reflexión colectiva. En ese camino, España considera importante, entre otras, la reflexión que muestra el borrador de resolución presentado por la Delegación de la República Islámica del Irán sobre le Programa Mundial para el Diálogo entre Civilizaciones y, por ello, le ha otorgado su copatrocinio. Asimismo, los proyectos presentados por las Delegaciones de Bangladesh, sobre la Cultura de Paz, y de Filipinas, sobre la promoción del diálogo interreligioso y la cooperación para la paz, son muy valiosos y muestran la importancia crucial del asunto que tratamos y la necesidad de defender esos valores, que España comparte y promueve activamente.

Señor Presidente,

España, como ya ha sido anunciado, albergará la primera reunión del Grupo de Alto Nivel para la Alianza de Civilizaciones, que se celebrará en Palma de Mallorca el próximo mes de noviembre. Esperamos que durante esa reunión comiencen a darse pasos para superar lo que algunos han descrito como la "ideología del miedo", que propugna el temor y las percepciones conflictivas del otro, con los efectos tan perniciosos que conocemos en la relación entre las comunidades políticas, culturales o religiosas, instrumentalizando en ocasiones ese miedo y esas percepciones erróneas para sus propios fines.

La superación de esa "ideología del miedo" supondrá emprender acciones enérgicas y prácticas en los ámbitos político, cultural, religioso, educativo y de los medios de comunicación, entre otros, con un particular énfasis en la juventud y mirando hacia su futuro. Así, la Alianza de Civilizaciones deberá convertirse en una acción sostenida, de largo plazo, de manera que consiga catalizar una conciencia verdaderamente universal de la trascendencia de la tarea que enfrentamos. La modestia que para triunfar requiere el ejercicio de este empeño, vendrá determinada por la acción constante, en el día a día y en el desarrollo de acciones puntuales y concretas en los distintos niveles, internacional, regional, nacional y local. Se trata, en definitiva, de orientar nuestras acciones más allá del indispensable diálogo, para plantearlas en el ámbito de la acción común. Hacer cosas juntos, unidos, unas veces superando nuestras diferencias, otras nutriéndonos de la variedad que enriquece nuestras relaciones: ese es el camino que quiere emprender la iniciativa para una Alianza de Civilizaciones. Así lo ha comprendido el Secretario General y queremos reiterarle desde esta tribuna nuestro apoyo por las decisiones que ha adoptado para que la Alianza de Civilizaciones se materialice de acuerdo con el plan de trabajo que se ha trazado. Estamos convencidos de que es un objetivo que merece el apoyo decidido de todos los Estados miembros y hacemos votos para que así sea.

Muchas gracias, Señor Presidente.